16/02/2014.BITACORA 11. Entre bodas, escombros, goteos, organización y luchas.

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Paso a contar una semana de lo más movida, hemos pasado de pegarnos con bambú, a ir de boda, para luego volver a picar escombros, mientras intentábamos gestionar como seguir trabajando en el asentamiento con un propietario cuya opinión es tan cambiante como el paso de los días, todo ello amenizado por una fantastica noticia.

El lunes 10 comenzamos la semana, como no, con una reunión organizando ésta.
Al acabar fuimos a comprar herramientas a un mercado de segunda mano donde siempre hay que regatear, al pasar por delante de semejante paisaje de chatarra y metal formando un caos ordenado, uno siempre siente la necesidad de hacer una foto. Algunos martillos, picos, una hoz y un machete local creímos que sería suficiente para lo que teníamos entre manos.
Al poco de comer, en medio de nuestra preocupación por cómo conseguir los materiales para la futura construcción, Bharathi nos dio la buena noticia de que un amigo de su hermano tiene bamboo en un terreno y que podíamos ir y cortar algunos troncos para usar. Así que acompañados de su hermano fuimos para allá en autobús.

Nos encontramos un bambú larguísimo y verde, muy ilusionados por ver ante nosotros todo el posible material para construir una buena estructura nos lanzamos a cortarlo. Nuestra sorpresa fue descubrir que el bambú tiene muchísimas púas en sus ramas, púas de las más duras, dolorosamente puntiagudas y molestas que he visto.

Cortar la caña no fue muy difícil, pero separar cada una de las demás, fue muy complicado, ya que sus ramas se entrelazaban con las otras asegurándose con los pinchos, trabajar con eso sin la protección adecuada no fue nada fácil, pero al final, aunque con alguna otra estacada por parte del enemigo, acabamos ganando la batalla.

Además de darnos cuenta de lo peligrosos que puede llegar a ser, (que se lo digan a Jose, que se cayó de la escalera sobre él y está lleno de cortes) también nos dimos cuenta que estando tan verde va a ser muy difícil dividir la caña en cintas, tal y como
usan en el asentamiento para hacer las bóvedas que forman las viviendas-tienda. Pero bueno, aprendimos mucho sobre este material y si no podemos usarlo para la estructura principal, lo usaremos para otra cosa sin dividirlo en cintas, ¡Unos troncos de 8 metros no se pueden desaprovechar!

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Cómo íbamos a alquilar un transporte alguno de los siguientes días para transportar más material, decidimos dejar allí mismo los bambús una vez limpios, esperándonos.

Al día siguiente, Paula, Patri y Bharathi fueron al asentamiento a pasar la mañana con los niños en la escuela, allí, con la ayuda de la profesora aprendieron que necesidades tienen los alumnos y la profesora para mejorar su escuela y por extensión su educación.

Hicieron varios juegos, los niños pintaron como sería su escuela ideal, y la profesora les contó los problemas hasta la fecha con la actual escuela. Volvieron muy contentas.

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El resto nos quedamos en casa trabajando en otras tareas relacionadas con el proyecto.

Al caer la tarde nos fuimos a la presentación de una boda hindú de una amiga de Bharathi. Las chicas no indias del equipo, Paula Patri y Sarai, se vistieron con saree con la ayuda de Bharathi y Divya. Ama no pudo ponerse más contenta al verlas vestidas así, le hizo muchísima ilusión
Íbamos a hacer noche, ya que al amanecer sería la boda en sí y por lejanía no nos compensaría volver a casa a dormir.
Llegamos a un edificio destinado a celebraciones de este tipo, en el que en una o dos plantas hay un gran salón para las celebraciones y en las otras plantas puedes encontrar un gran comedor y algunas habitaciones para los invitados que vienen de lejos o para los familiares más cercanos.

Creo que en algunos momentos, sin pretenderlo ni esperarlo, fuimos casi más protagonistas entre el público que los propios novios, sobre todo las chicas vestidas con saree. -“¡Llevan saree y tienen la piel blanca, son preciosas!”- “Lástima que no tengan el pelo bien largo”-
La presentación fue un acto muy simple, consistía en pasar a saludar a la pareja por familias o grupitos de amigos mientras se le daba algún regalo o donativo y te hacía una foto el fotógrafo. Un foto como ésta:

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Durante el tiempo de espera hasta que todo el mundo les saludara y antes de empezar a cenar, todo el mundo quería hacerse una foto de grupo con nosotros, fue divertido, y al final, ya cansados de tanta foto, fue divertido hacer bromas con ellos mientras “Nos fotografiaban”.

Nuestra intención para el miércoles 12 era asistir bien temprano al ritual de casamiento, volver a felicitar a los novios y aprovechar el madrugón para ir directamente a por materiales a la escombrera situada detrás del Centro de Recogida de Basura Seca que gestiona la ONG Grace situado en Nagawara/HBR Lay Out. (Aquel centro al que fuimos la semana pasada a ver qué materiales podría aportar Grace a la construcción), pero resulta que la preparación del ritual se retrasó, y según el rito y la tradición hindú, hay determinadas horas para casarse, así que pasadas las 07.30am ya no podía celebrarse la boda hasta las 09.30 así que esperamos mientras veíamos como montaban con unos listones, hojas de palma trenzada y crisantemos el “cobertizo” que haría de “minitemplo o altar” y el poojary (hombre brahmán que oficia el casamiento) preparaba todo lo necesario para el ritual (especias, cocos, flores, candelabros…)
Como la espera fue larga, dieron de desayunar en el comedor a todo el que quiso.

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La boda fue muy colorida, todo transcurrió con la música de una “dolçaina” gigante y una especie de tambor de fondo. Los novios se sentaron formando 90º con el poojary, los tres mirando a la cantidad de cosas coloridas que servirían para hacer los múltiples rituales que no llegué a entender, entre ellos y con sus familiares, debajo de la cubrición de caña trenzada.

Al salir de la boda, de camino a la escombrera antes citada, Jose estuvo muy avispado al ver unos plásticos en una cubierta de un negocio, así que con una buena sonrisa entramos a preguntar si era posible que nos donaran los plásticos, hubo suerte y nos llevamos algunos plásticos que nos servirán para impermeabilizar lo que será el cerramiento ligero de la escuela.

Allí en la escombrera nos estaba esperando Bosco, ya que unos días antes quedamos que nos veríamos allí y que si era posible que Grace pusiera algún trabajador para ayudarnos en el trabajo de escoger entre los montones (o picar de algún pedazo de muro), limpiar de restos de cemento y apilar en un mismo lugar todos los ladrillos, azulejos y bloques de hormigón que pudieran volver a ser útiles.

Finalmente Grace no ayudó mucho en ésta tarea, ya que Bosco se fue a los pocos minutos a descansar y las dos personas que nos trajo para ayudar, bajo la escusa de irse a comer no volvieron, a pesar de no haber trabajado más de 20 minutos, pero por lo menos Bosco se comprometió a pagar el coste del transporte de los materiales hasta el asentamiento, que tendría lugar al día siguiente.

Unas 3 horas después de comenzar y con aproximadamente 300 ladrillos, 4 bloques, un buen puñado de lajas de buena piedra y varios sacos de azulejo roto para hacer “trencadís” decidimos parar ese bonito baile con los ladrillos, el sol pegaba con fuerza, estábamos cansados y mañana sería otro día.

Durante el último rato con los ladrillos, se nos acercó un chico que trabaja en algo relacionado con la venta de materiales reciclados al los centros de Grace a través del gobierno, es algo así como un recolector pero en este caso con más medios y más volumen de materiales y salario. Su nombre es Munia, nos ayudó con los ladrillos y al ver nuestra necesidad de transporte para el día siguiente nos ofreció la posibilidad de utilizar un camión de un amigo suyo. Muy contentos por la noticia, quedamos con él para utilizar su camión a las 12.30pm del próximo día.

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El jueves madrugamos tanto que aún no había amanecido cuando fui a comprar leche y pan (de molde) para el desayuno, debíamos ir pronto para poder seguir con el trabajo de recogida de ladrillos antes de que el sol nos diera bien fuerte y para tenerlo todo listo antes de la llegada del camión.

La recolecta entre las montañas de escombros fue más rápida que el día anterior, ya teníamos experiencia, pero tuvimos que picar más, ya que los ladrillos sueltos en buen estado ya escaseaban, y no fue tarea fácil con las herramientas que compramos, que no duraron más de 2 asaltos.

A mitad del trabajo apareció una pareja de policías, con una actitud de prepotencia que rozaba lo sobrenatural, nos preguntaron qué hacíamos allí, explicándonos que el lugar era propiedad del gobierno, así que a pesar de que estábamos cogiendo algo que habían tirado y nadie le daba valor, era propiedad del gobierno. Nos preguntaron por qué estábamos allí, que qué hacíamos en la india y cuando les contamos la finalidad de este material, nos preguntaron por el proyecto. Al saber de él nos preguntaron varias veces (muchas) por su financiación, -¿Qué fondos tenéis para el proyecto? ¿Cuál es el beneficio del proyecto?- Viendo por donde querían ir y sorteando su prepotencia y sus faltas de respeto hacia nuestras contestaciones, les repetimos las veces que hizo falta que no teníamos ningún fondo, que el beneficio era social. Ante esto y ante la imposibilidad de hablar con Bosco o Bharathi para que les explicaran mejor las cosas, se fueron. En esta ocasión, no pudieron sacar dinero fácil abusando de su poder, si, aquí gran parte de la policía actúa así.
Respiramos aliviados por que si hubieran querido ir a por nosotros, les bastaba pedirnos los papeles y preguntarnos por nuestras visas.

Sobre las 12 paramos de trabajar con 400 ladrillos más y otro puñado de buenas lajas de piedra.

Esperamos a que Munia llegará con el camión, pero al llegar nos dijo que el camión no estaría disponible durante 2 días, así que con Bharathi, que había llegado unos minutos antes, contratamos a un transportista con tractor y remolque para llevar el material.

Con la ayuda de Munia cargamos los 700 ladrillos y el resto del material entre todos, ilusionados porque íbamos a viajar sobre un remolque lleno de material surfeando las carreteras de la ciudad, formando parte de ese caos permitido en las carreteras indias, algo impensable en nuestros países de origen.

Cargamos también unas maderas y una barra de aluminio que nos cedió Grace y fuimos unos kilómetros más allá a cargar el bambú que cortamos el lunes antes de ir en dirección al asentamiento en Thanisandra.

El viaje en el tractor y en el remolque con todo el material, incluido el bambú que sobresalía varios metros por la cola, fue divertidísimo, todo el mundo por las calles mirando a esos blanquitos encima de un remolque lleno de material.

Tuvimos miedo por si la policía nos paraba por el mismo motivo antes mencionado con la excusa de que el largo bambú sobresalía muchísimo por detrás del remolque, pero no pasó nada.

Al llegar al asentamiento, todo el mundo nos miró con cara de asombro y enseguida se creó una gran expectación, empezamos a descargar y los niños, sin pensárselo, se subieron al remolque para ayudarnos a descargar, los adultos se quedaron mirando, no sabían qué hacer, ya que no les habíamos pedido ayuda, cuando nos dimos cuenta, empezaron a ayudarnos y la verdad que tenían mucha más maña que nosotros, ¡Se lanzaban los ladrillos de 2 en 2! Con todo descargado al lado de la actual escuela y todos muy felices, nos despedimos diciendo que al día siguiente les explicaríamos todo con una presentación y pondríamos una película.

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El viernes 14, si cabe, fue un día bastante intenso, empezamos madrugando un poco más de lo habitual y desayunando fuera, tocaba reunión importante y queríamos tener mucho tiempo para ella durante la mañana y para preparar la presentación prometida a los habitantes de Thanisandra.
Abordamos temas que hasta ahora no nos habían llamado tanto la atención , pero que influyen mucho en el proyecto, como por ejemplo, la implicación y toma de decisiones por parte de todos,y sobre todo, de las personas locales del equipo, por idioma, por tener otra formación, por cumplir unos roles u otros, por diferencias culturales.. etc., hemos tenido algunos problemas de comunicación dentro del grupo y estábamos dispuestos a solucionarlo. También hablamos de todo lo relacionado con el workshop, todo lo que todavía faltaba por hacer para tenerlo bien organizado.

Cuando estábamos en plena reunión, Bosco nos llamó por si podíamos ir inmediatamente al asentamiento, ya que el propietario del terreno, Ramana, había visto los ladrillos que el día anterior descargamos allí y se había enfadado hasta el punto de decirle que ya no quería que construyéramos una nueva escuela, aunque estaba alejado de la realidad, creyó que íbamos a construir una casa permanente con muros de ladrillo. Lo cierto es que son para hacer el recrecido antilluvia del perímetro en planta y para hacer algún que otro tabique a modo de pizarra)
Fuimos algunos de nosotros y nos reunimos allí con Bosco. Ramana no apareció y después de varias insistentes llamadas cogió el teléfono, quedamos con él en reunirnos a las 6pm en el mismo lugar para hablar sobre el “problema de la escuela.”
Ese viaje a toda prisa no sirvió de mucho a priori, pero nos sirvió para hablar con Ganganna, la mujer mayor del asentamiento que “custodia” las llaves de la escuela cuando no está en funcionamiento. -“Yo quiero que se construya la escuela, así que voy a intentar hablar con él cuando esté por aquí, pero necesito que me digáis que le puedo decir para volver a convencerlo”-
Al final de la mañana, llegó la buena noticia, ¡Habíamos conseguido llegar al mínimo para poder financiar el proyecto a través de las microdonaciones! contra todo pronóstico a falta de día y medio para acabar la primera ronda a “todo o nada”, gracias a que la gente se movió mucho más y hubo alguna aportación de cantidad más abultada, durante el día se consiguió que la cantidad total superara el mínimo estipulado con creces. Gran noticia, esta primera fase del proyecto ya es viable, aunque para poder realizarlo con todos los medios posibles, vamos a seguir trabajando y buscando el óptimo.
Así que un hurra por todos aquellos que habéis aportado/ayudado/colaborado de alguna o otra forma para llegar hasta este punto y un inmenso GRACIAS que al pronunciarlo nos da fuerza para seguir.

Tuvimos alguna que otra discusión sobre cómo gestionar la noticia que agradeciera a los cofinanciadores, y tuvimos dudas si destacar alguna más que otra por su cantidad, ya que ha habido alguna muy abultada, pero la conclusión fue agradecer a todas las aportaciones por igual, ya que todas son igual de importantes, cada uno a sumado lo que ha podido, y el simple hecho de poner ya es más que loable.
Por la tarde fuimos a reunirnos con Ramana a la hora pactada, al igual que por la mañana, cuando llegamos Bosco estaba esperándonos y Ramana no había aparecido. Después de varias llamadas sin contestar y explicarle nuestras ideas (previas al workshop) sobre la construcción de la escuela a Bosco, justificando el posible muro en alguna zona, el uso de los ladrillos, las posibles formas y la orientación. Bosco estaba encantado con lo que le enseñamos, pero no era a él al que había que convencer.
Vino Ramana pero no estaba dispuesto a escucharnos, le enseñamos los dibujos y no les dedicó más de unos segundos, prácticamente no escuchó, solo dijo que no podía construirse nada sólido y añadió que no quería que construyéramos nada de nada, independientemente del método, tan solo volver a hacer la escuela con las actuales medidas en planta y por supuesto, sin ladrillo. Se le insistió mucho, pero no sirvió de nada, nos dijo que habláramos con su hermano, copropietario del terreno y al parecer, alguien que intimida hasta al propio Ramana.
Cambiamos de estrategia, en vez de justificar los ladrillos, le dijimos que si los ladrillos eran el problema, que no los usábamos, pero que no nos pusiera el impedimento a construir una nueva y mejor escuela por su enojo (y miedo) por los ladrillos, que nos dejara construir como lo había hecho hasta una día antes. Por los ladrillos, se había creado otro problema, así que si eliminábamos la causa, quizá podríamos eliminar el nuevo problema. Entro en colapso y no supo qué contestar. -“Hablarlo con mi hermano”- y se fue.
Bosco nos advirtió que su hermano es imposible de tratar. No sabíamos qué hacer, paciencia…

Reconocemos que hemos cometido el error de no informar de todas nuestra intenciones en el terreno al propietario y de no avisarle previamente que íbamos a depositar allí 700 ladrillos, pero sí que le hemos dejado siempre claro cual es el objetivo del proyecto y siempre se le ha ido informando de nuestros movimientos.
A continuación pusimos otra película, no trajimos el equipo previamente por que creímos que la reunión para solucionar el problema de la escuela iba a durar más, pero resulta que no fue así, así que llamamos al resto del equipo que estaba en casa y trajeron el equipo para poner la película. Todos se pusieron muy contentos.

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El sábado fue un día de relax, lo necesitábamos antes de afrontar los días previos al workshop, y para desconectar de esta frenética e intensa semana, Nos vino bien, y nos dividimos en dos grupos, unos a Shivajinagar market, y otros al Freedom Park, al volver nos contamos nuestro día y nos pusimos una peli para relajarnos, Planeta Libre. Nos hacía falta, tanto trabajo, tantas horas haciendo, dedicándose y pensando en lo mismo, tantos cambios e imprevistos debido a las circunstancias, tantas reuniones, tantas horas del día compartiendo y viviendo en un espacio que para 7 personas puede quedarse corto, pueden llegar a saturar.

Volviendo al tema de la negativa a construir, ya conseguimos que el propietario perdiera su miedo inicial por si pasa algo con su terreno (“estos blanquitos (que seguro que tienen dinero) quizá hagan algo y se queden con mi tierra”) conseguimos hacerle ver que nuestro trabajo ahí no va a dar ni a recibir dinero y conseguimos un acuerdo con el para poder trabajar en general en el asentamiento. Este es otro obstáculo más, y a dos días de empezar el taller parece complicado, ¡Pero no vamos a parar hasta conseguirlol

Todos los habitantes están encantados con la posibilidad de tener una nueva escuela y lo consideramos algo que va a favorecerles mucho, no entendemos como Ramana no lo sabe o quiere ver.

Sacamos como conclusión que están apareciendo muchos problemas para poder realizar el proyecto y para que este sea útil para la gente a la que va destinada trabajando en este asentamiento, donde una persona tiene tanto poder, pero al final siempre nos sale la misma respuesta, si conseguimos salvar todos los problemas, todos los inconvenientes e impedimentos, de verdad habremos hecho un buen trabajo y habremos conseguido cambiar algo a mejor y habremos aprendido cómo trabajar aquí.

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