12/10/13 – BITÁCORA 1 Mi primera semana, mis primeros sentimientos.

 

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«Poco a poco irémos contando y desgranando la aventura: Bharathi, Sashi y yo  sobre el terreno Indio;  Paula y Jose desde España; y Oscar y Sara al otro lado del globo, en México. Trataremos de mostrarlo a modo de bitácora, más o menos por orden cronológico, de modo que nos sirva como registro de lo que se va haciendo y con el fin de transparentizar, mostrar y dejar abierto el proceso a todxs lxs interesadxs (…)»

Este post es el primero que empieza a contar mis vivencias y experiencias en la India. Todo está relacionado: el proyecto y su proceso, lo que voy aprendiendo dentro de este contexto socio-cultural concreto,   los sucesos que me rodean, … por eso no existe una línea que separa lo profesional de lo personal, y así lo muestro …

Bien, empiezo mi historia a modo de novela, entre un género negro y una comedia para todos los públicos:

Llegué a Bangalore al amanecer del día 8 de octubre, bastante cansado y con el ritmo cambiado, como no. Vino a recogerme al aeropuerto Shashi. En un inicio Bharathi era quien iba a alojarme en su casa, pero debido a un problema inesperado con su trabajo tuvo que marcharse al norte de la India, en principio para unos diez días, así que durante ese tiempo me quedaría en casa de un buen amigo de Shashi, Shrinath.

Las primeras impresiones que tuve al bajar del avión, dentro del aeropuerto, no fueron muy distintas a las de otro lugar,  salvo por que todo el mundo era diferente a mí (color de piel, lenguaje que usaban y alguna que otra vestimenta) y los controles eran bastante menos estrictos, por ejemplo el de metales, pitaba cuando la gente pasaba, sí, pero parecía no importar a los vigilantes.

Shashi me recibió muy amablemente, para habernos visto en dos fotos de Facebook, no nos costó reconocernos, lo que si me costó al principio fue entenderla, debido a mi más que oxidado inglés y a que el acento indio en inglés es bastante peculiar hasta que te acostumbras. Poco a poco he ido mejorando, pero depende con quien hable, me cuesta más o menos entenderle.

Al salir de aeropuerto me impactó la cantidad de gente, muchísimos taxistas, obreros (el exterior de aeropuerto está en obras) conductores de autobuses, personal del aeropuerto y mucha mucha gente que no sabría decir porque estaba allí, esto y  el tráfico y el ruido en las calles fue lo que más me impactó al principio.

Fuimos a la ciudad en taxi, algo que aquí es bastante caro para la mayoría de la gente, pero yo no decidía (ni pagaba). Tardamos más de hora y media en llegar a casa de Shrinath atravesando la ciudad (el aeropuerto está a unos 30kms al norte y la habitación de Shrinath está más o menos al sur de la misma. Mis primeras sensaciones observando las calles desde el taxi fueron parecidas a lo que algunos hayáis podido sentir viendo los videos del post anterior, ¡pero en directo!, calles muy agitadas, con tanta información  que te sientes abrumado, pero no sabes muy bien porque, eres un observador fuera de toda escena y sin informacion sobre muchas cosas de las que ves. Por supuesto, ¡a tiempo real es muy impactante y más cuando estás recién llegado! Esto mezclado y agitado con el cansancio del cambio horario y del viaje, es el coctel con el que me recibió la INDIA. 😉

Después de encontrarnos con Shrinath me enseñaron su habitación, lugar donde  me alojaría durante el periodo que Bharathi estuviera en el norte.

Me costó avisar a mi familia de que había llegado bien, ya que mi teléfono no funcionaba y no sabía cómo acceder a internet,  Shashi me dejo su teléfono y vía red social pude avisar, aunque con bastante dificultad. Es curioso como la ignoráncia, hace a uno más libre o más dependiente, y genera inseguridades a la hora de mover ficha sobre la nueva tabla de juego. Pero con el tiempo, y conociendo poco a poco las reglas, uno va sintiéndose más seguro y con más libertad  para actuar. Esto me paso al principio con internet, y los días sucesivos con otras muchas cosas, os iré contando mis movimientos y la mejora de estos con “el paso de los posts”.

El primer día, (tras dormir 6 horas) y mientras tomabamos un café,  Shashi me pregunto qué quería hacer en los días sucesivos, y que si tenía algún plan de acción ya pensado, y la verdad que no supe qué contestar, apenas habían pasado unas horas de mi llegada: todo era tan diferente y nuevo para mí … no había conseguido comunicarme con España (ni con la familia ni con los compañeros de proyecto), y sentía que tenía que esperar la llegada de Bharathi para empezar a trabajar sobre el proyecto … El resumen es que me sentí muy perdido, y más cuando Shashi me dio la impresión de que no sabía muy bien qué hacía yo allí!! Pero, por otro lado, ese primer café con Somoza entre gente, y la cena posterior, tan nuevo y refrescante para mí, me gustaron mucho, absorbí todo como una esponja. Estábamos en una franquicia india de cafés que tenía más parecido a una cafetería occidental que a una india, Shashi me dijo que era para que me sintiera más cómodo, yo le dije que preferiría conocer las cosas locales, cómo se vive …,  y que con el tiempo quería ser un indio más. 

Los días habitando en casa de Shrinath empezaban habitualmente a las 7 o 7.30 de la mañana. Todo el mundo de las habitaciones colindantes se duchaba y se arreglaba para ir a trabajar, desayunaban en las habitaciones y sobre las 10-10:30 no quedaba nadie en el lugar salvo uno de los que vive en una de las habitacinos y yo. Entonces era cuando, después de haber desayunado arroz con sambar con Sheshikant y Shrinath  y esperado a que todo el mundo se fuera a trabajar, era mi turno de usar el baño y pegarme una ducha a “jarrazos”.  Más tarde salía a la calle a conectarme un rato a internet en un ciber que me indicó Shrinath para hablar con mi familia, solucionar algún que otro fleco de la beca, y comunicarme con José y Paula. Después de más o menos una hora intentaba conocer la ciudad, al principio caminando y después en bus, intentando ganar cada día más confianza para moverme y relacionarme. Al principio la ciudad se me hacía inabarcable, debido a su caos, su tamaño y al moverme solo y a la deriva, durante muchas horas. Aquí es donde aparece el miedo a lo desconocido, enfrentarse a algo nuevo cuando tienes poca o ninguna información, y sin tener a nadie que te dé “un empujoncito”.  Pero la verdad es que este sentimiento fue desapareciendo bastante rápido y con el paso de los días fuí encontrando mi lugar en la escena cotidiana.

Alguna de las primeras noches se me hacía difícil dormir, entre ruidos (ventilador, lluvia sobre el tejado,…) y que mi cuerpo todavía no había cambiado de horario, aparecieron miedos e inseguridades que aunque crea normales en situaciones de este tipo, no me gustó experimetarlas. Empecé a pensar que todo este proyecto era  inabarcable para mi, estando en un lugar por el que no sabía moverme sin la ayuda de alguien, que las dos únicas personas que tenia cerca trabajaban durante todo el día y pasaba, e iba a pasar, muchas horas solo, hasta la llegada de Bharathi, hasta que tuviera un lugar donde trabajar con internet, hasta que abrieran las universidades (estábamos en tiempo fiestivo), hasta que nos recibieran las ONGs … Me agobiaba el no saber cuándo iba a empezar aquello que me había traído hasta la India. Pero  bueno, ¡la actitud lo es todo! decidí aprovechar ese tiempo que iba a pasar solo para conocer la ciudad en la medida de mis posibilidades, investigar y empezar a escribir esta aventura.

Cada día  conocía algo nuevo. Tanto las calles, establecimientos, parques o muchas otras cosas que la calle ofrecía sin yo esperarlo  …, y el tercer o cuarto día, buscando un pequeño parque a 1km de casa del que me habló Shrinath, conocí a Pranay, un hombre de unos 35 años de clase media-alta (económicamente hablando), que trabaja en una empresa de telecomunicaciones. Lo conocí por casualidad mientras preguntaba a otra persona. Luego ha resultado ser una persona interesada y aprovechada,ya que su intención final era convencerme para que me metiera en un sistema de negocio de venta piramidal, (esos en los que supuestamente vas a ganar mucho dinero extra, jejeje!). A pesar de eso, durante los tres o cuatro días que quedé con él para comer o para acompañarle  a alguna de sus visitas, me enseñó bastantes cosas de la ciudad y me ayudó mucho a ganar confianza en ella, con él cogí mi primer autobús, me hizo un plano de la ciudad que a pesar de parecer un dibujo muy simple, me ayudó mucho a orientarme.

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Un día me dijo dos frases que la verdad me tranquilizaron bastante:

“Bangalore es una de las ciudades con menor índice de criminalidad de toda la India”

“Tranquilo, para ti todo es nuevo, pero para todos nosotros tu solo eres un forastero más”

La primera frase cuesta creérsela, para el tamaño y cantidad de población que tiene Bangalore, pero es cierta. Con la segunda, Pranay quería decirme que no soy nada nuevo para ellos y que nadie va a hacerme nada por que piensen que tengo más dinero (Se refería a la gente de la ciudad). La verdad que dio en el clavo, porque al principio sí que tenía ese miedo. Tengo que decir que tan solo me han sisado algunas rupias cogiendo un autorickshaw o comprando plátanos en la calle, pero nada importante.

La gente aquí es bastante honrada y amable, no he tenido ningún problema, y pronto me di cuenta que si preguntas, por lo general siempre te van a ayudar e indicar, aunque sea mediante movimientos de mimo y sonidos inconexos. También son muy curiosos , sobre todo los niños. Mucha gente se me queda mirando, algunos embobados, otros intrigados, ¡quien sabe!, en la mayoría de los casos les saludo y no se lo esperan, pero enseguida me devuelven el saludo muy contentos, y yo así consigo romper esa distancia que ellos creen que hay entre nosotros (o al menos eso me parece entender cuando me miran). Los primeros días, yendo en autobús y preguntando a la gente para que me indicaran mi parada, enseguida iniciaba conversación, y en más de una ocasión, intercambiamos los teléfonos.

Una tarde, ya sabiendo ir en bus (!me había hecho mayor!) , quedé con Shashi en una estación de bus cercana al centro, me enseño el Shivajinagar Market y tomando un Masala Dosa en un restaurante, le expliqué mejor el proyecto con mi todavía tembloroso espan-inglish.

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En las tardes de estos primeros días y en los sucesivos fui conociendo más y más a Shrinath (también a sus compañeros, pero el que ellos no hablaran Inglés ni yo kannada, la lengua local, dificultó bastante la comunicación). Shrinath me fué mostrándo cosas de la cultura india y la religión hindú, sobre todo de comida. Un día invitó a sus amigos a que vinieran a la habitación (como hacen una vez al mes) a cenar  y beber alcohol, mientras hacen «la charraeta». La única diferencia es que esta vez el día coincidía con la boda de la novia de uno de ellos con otro hombre, algo que no se todavía si es muy común pero si muy posible en la ciudad, ya que aquí los matrimonios son generalmente concertados.  Me sentí un poco como su atracción de la noche, pero la verdad que me trataron muy bien y me preguntaron más cosas que las dos simples y únicas preguntas que te hacen por la calle ”Where are you from?”  y “What is your name?”, me dedicaron muchos halagos y estuvimos hablando de España e India. Les di a probar jamón, algunos se atrevieron, otros no. Dependiendo de su religión y valentía. (Muchos hindúes son estrictamente veganos) El tema religión, lo trataremos en otros post, no os apuréis, paro cabe decir que el hinduismo es la religión mayoritaria, pero no la unica, y a qui no ser mayoriatia una religion, no implica que no la practiquen unos cuantos millones de personas.

Generalmente en la habitación de Shrinath siempre comen arroz con Sambar, y a veces hacen Chapati, por ejemplo con Gobi Palia, pero la comida habitual, creo que por facilidad es arroz con sambar. Cocinan en una olla exprés  sobre un camping gas. A pesar de estar muy agradecido, los primeros días acabé un poco harto de comer siempre el mismo tipo de arroz y prácticamente nada más. Pero aproveché mis exploraciones urbanas para probar cosas diferentes e ir haciéndome al paladar del país que me daba cobijo.

El sábado 12 de Octubre, fuimos a Mysore, pueblo natal de Shashi, a disfrutar del Dassara Festival. Les estaba muy agradecidos a Shashi y Shrintah por recibirme, cuidarme y dame alojamiento y  a Bharathi por estar pendiente de mi en la distancia … y todo ello me permitía ir sumergiéndome en la sociedad y la cultura, a medida que perdía mis miedos y visualizada el arranque de las conversaciones con ONGDs  y con Universidades.

El tablón de juego se va definiendo y las fichas se van conformando para ir mejorando  las jugadas, y al mismo tiempo vamos disfrutando de cada nueva partida!

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